En Argentina, menos del 20% de las mujeres tienen participación en este tipo de compañías. Desde el sector también aseguran que se destacan únicamente en las pequeñas y medianas empresas (PyMEs).
La participación femenina en el sector energético argentino: una mirada profunda
En un análisis pionero que aborda la presencia de las mujeres en el ámbito de la energía eléctrica en Argentina, se desvela una realidad preocupante: las mujeres representan menos del 20% de la fuerza laboral en este sector crucial.
El informe, fruto de la alianza entre la división Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Asociación de Mujeres en Energía Sustentable de Argentina (AMES), esclarece que la desigualdad comienza incluso antes de que las mujeres decidan su camino profesional.
De acuerdo con el estudio, más del 80% de los empleados en empresas energéticas del país son hombres. Esta proporción se eleva al asombroso 91% en las grandes corporaciones, mientras que en empresas medianas y pequeñas, las cifras son ligeramente más altas para las mujeres, pero aún insuficientes, alcanzando el 17% y 15% respectivamente.
La brecha se acentúa aún más al observar los puestos de liderazgo. En las micro, pequeñas y medianas empresas, solo una de cada ocho personas en posiciones de decisión es mujer. En contraste, en las grandes empresas, esta proporción disminuye aún más, con solo una mujer por cada diez hombres en roles de toma de decisiones.
Florencia Hoffmann, presidenta de AMES, resalta la existencia de barreras culturales y estereotipos arraigados que limitan las aspiraciones y oportunidades de las mujeres desde una edad temprana. “Estos roles y expectativas, aunque enraizados en la tradición, no son inmutables”, enfatiza Hoffmann, subrayando la necesidad de cambiar estas percepciones para el beneficio de toda la sociedad.
¿Cuáles son las principales limitaciones en el sector de la energía?
El informe identifica varios obstáculos que enfrenta el género femenino en el sector energético. Desde normas sociales y estereotipos de género hasta brechas salariales y espacios laborales inadecuados, ellas enfrentan múltiples desafíos.
La falta de equipos de protección adecuados para mujeres, la ausencia de espacios de lactancia en los lugares de trabajo y la desproporcionada carga de responsabilidades no remuneradas en el hogar son solo algunas de las barreras señaladas.
Además, en el sector enfrentan riesgos significativos de acoso, tanto sexual como verbal y psicológico. Estos factores, combinados con la percepción de que sus contribuciones no son valoradas o que enfrentan un trato desigual, contribuyen a la deserción de mujeres talentosas y capacitadas del sector energético.
Ante este panorama, el relevamiento sugiere estrategias para cerrar la brecha de género en el área energética.
¿Cómo reducir la brecha de género en las empresas energéticas?
Entre las propuestas se incluyen campañas de sensibilización, ferias y eventos para promover la participación de mujeres en áreas técnicas, y la creación de un Observatorio de Género para monitorear y promover la igualdad en el sector.
AMES, por su parte, lanzó diversas iniciativas, como el Proyecto Aliadas WEPs y la iniciativa Inspirar, además de programas de capacitación, pasantías y mentorías para mujeres en el sector energético.
En esta línea, Hoffmann enfatiza el compromiso de AMES de trabajar incansablemente para eliminar las inequidades, con la esperanza de construir un futuro más igualitario y próspero para todos.
En conclusión, aunque el panorama actual presenta desafíos significativos, el informe y las acciones de organizaciones como AMES ofrecen un camino hacia un sector energético más inclusivo y equitativo en el territorio argentino.